Todavía vuelan entre
nosotros
*Con su cuatro y su guitarra
poblando los cielos y los corazones de quienes habitamos esta Patria a la cual
entregó su vida, el Padre Cantor, de lo más juvenil, está de cumpleaños este 31
de octubre.
Jimmy López Morillo
“Yo me considero joven.
Pienso que me puede dar reumatismo en los huesos, pero en el espíritu, no. Y
considero joven a Luis Beltrán Prieto Figueroa. Consideré joven siempre a
Aquiles (Nazoa), a César (Rengifo). Considero joven siempre a todo hombre que
sueña y lucha por hacer posible sus sueños, que lucha por ser siempre creativo,
por ser siempre fértil en este mundo”.
Toma uno de nuevo la
palabra, para depositar algunas líneas en medio de festejos por su vida
inextinguible, cuando Alí Primera anda por ahí, de cumpleañero este 31 de
octubre, como todo un carajito hablándonos precisamente de la juventud que no
ha de abandonarlo, como lo subrayaba en el párrafo anterior, extraído de una
entrevista que le hicieran en el programa “Reseña Revista Radial 13.90”, que se
transmitió por Radio Selecta, del Zulia, el 11 de febrero de 1985.
Decía el Padre Cantor: “Ser
joven es un compromiso con esa condición de joven y con el significado que
tiene para cualquier país su juventud, y para el mundo la juventud entera. Yo
no quiero decir eso nada más para halagar a los jóvenes (porque no es un
problema de venir a halagarlos y de hacerles una canción para que se solacen
como jóvenes). No. Yo vengo a llamarlos a comprometerse, a que asistan a las
cosas por principio, no por curiosidad”.
Y lo expresaba, valga el
disparo de los años transcurridos, como advertencia para aquellos tiempos y los
de ahora, cuando gracias al comandante Hugo Chávez Frías, primero, y luego a
Nicolás Maduro Moros, desde la Presidencia los jóvenes han recibido
oportunidades y responsabilidades como nunca antes en la historia de la Patria,
si exceptuamos a Simón Bolívar y Antonio José de Sucre –entre otros-, quienes
emprendieron caminos libertarios en el continente cuando apenas salían de la
adolescencia.
Y, con esa mirada más allá
de los tiempos que lo mantiene vigente, se refería a una edición de “Sábado
Sensacional”, Venevisión –canal al que siempre cuestionó-, efectuado desde la
Universidad de Los Andes, “donde decían que Mérida era la ciudad de la juventud
y había una cancioncita, de esas canciones babosas que escriben manipulando,
tratando de halagar al joven para en esa misma forma mediatizarlo, decían: ´los
jóvenes que sueñan con el mañana, trabajan y estudian en un ambiente de paz y
libertad’ y el 20% de los muchachos (…) eran los que movían las manos y
aplaudían(…). Llenaron la plaza para ser manipulados en la imagen de un
programa que es terriblemente evasivo de la realidad y por supuesto, adormecedor”.
¿Puede alguien negar que
aquello, dicho hace 37 años y unos meses, no puede aplicarse para interpretar
buena parte de la realidad actual?
Hablar de libertad
Ese “carrizo desesperado”,
como lo definió Gloria Martín en una hermosa canción –“Soy un carajo
desesperado, porque veo a un pueblo que lo engañan y se sigue dejando engañar”,
nos dijo en una entrevista en 1981-, atizaba que la libertad “debe pasar más
allá de lo individual, donde nos quieren encerrar a nosotros. El hombre que
viva nada más en su libertad, es un hombre preso, porque su espiritualidad, su
solidaridad, no se ha expandido. Y un hombre que no tenga espiritualidad ni
solidaridad con los demás es un hombre
preso, para mi concepción del hombre”.
Continuaba: “Y de eso hay
que hablarle a la juventud y retarla, es decir, no se puede dejar nada más que
el gobierno hable sobre el futuro del país. Nosotros tenemos el compromiso de
hablar con mucho más derecho y de luchar por ese derecho y por ese porvenir. No
hablar nada más y festejar a José Félix Ribas y a los estudiantes que fueron
con él a pelear, a dar una cuota de sangre por la independencia venezolana. No
podemos seguir viviendo del recuerdo de los héroes, tenemos que tratar de
limpiar la estatua de Bolívar con dignidad. Limpiar nuestra presencia o el
espacio que existe entre nosotros y la estatua de Bolívar. Y más aún: entre lo
que pensamos y lo que pensó Bolívar”.
“Ese encuentro con el
pensamiento bolivariano es necesario para nosotros ir ideando algo que será siempre
joven: el sueño de un profundo combate transformador, en su totalidad, de algo
que se está enquistando en Venezuela y que se está quedando”, remarcó. Y uno
debe preguntarse: ¿Con 7 años de antelación, no nos estaría anunciando la
llamarada del 4 F?.
Ese carajito ahora de 81 años
a quien celebramos todos los días, conserva toda la juventud que nos transmitía
con su canto telúrico, que iba más allá de empuñar una guitarra y lanzar al
vuelo unos versos con los cuales estuvo siempre comprometido, no solo sobre una
tarima, sino en otras trincheras del combate por la vida, por la Patria . “No
me autodefino como revolucionario, prefiero que mi conducta me defina como
tal”, nos dijo.
Anda por ahí, vivo en cada
uno de nosotros, quienes debemos recordar lo que nos decía: “La palabra sin los
pasos, es una palabra muerta”, tomarlo de la mano para seguir alimentando los combates,
porque, Alí, si bien afirmabas que “el canto no gana batallas, pero ayuda a
formar los batallones”, la práctica nos ha demostrado que tu canto –y el de
muchas y muchos hermanas y hermanos cantoras y cantores- no solamente ha
ayudado a formar los batallones, sino que también ha contribuido a ganar
innumerables batallas.
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