miércoles, 31 de mayo de 2023

ALÍ PRIMERA, ESE CARAJITO DE 81 AÑOS CUYO CANTO Y COMBATE


 

Todavía vuelan entre nosotros

*Con su cuatro y su guitarra poblando los cielos y los corazones de quienes habitamos esta Patria a la cual entregó su vida, el Padre Cantor, de lo más juvenil, está de cumpleaños este 31 de octubre.

Jimmy López Morillo

“Yo me considero joven. Pienso que me puede dar reumatismo en los huesos, pero en el espíritu, no. Y considero joven a Luis Beltrán Prieto Figueroa. Consideré joven siempre a Aquiles (Nazoa), a César (Rengifo). Considero joven siempre a todo hombre que sueña y lucha por hacer posible sus sueños, que lucha por ser siempre creativo, por ser siempre fértil en este mundo”.

Toma uno de nuevo la palabra, para depositar algunas líneas en medio de festejos por su vida inextinguible, cuando Alí Primera anda por ahí, de cumpleañero este 31 de octubre, como todo un carajito hablándonos precisamente de la juventud que no ha de abandonarlo, como lo subrayaba en el párrafo anterior, extraído de una entrevista que le hicieran en el programa “Reseña Revista Radial 13.90”, que se transmitió por Radio Selecta, del Zulia, el 11 de febrero de 1985.

Decía el Padre Cantor: “Ser joven es un compromiso con esa condición de joven y con el significado que tiene para cualquier país su juventud, y para el mundo la juventud entera. Yo no quiero decir eso nada más para halagar a los jóvenes (porque no es un problema de venir a halagarlos y de hacerles una canción para que se solacen como jóvenes). No. Yo vengo a llamarlos a comprometerse, a que asistan a las cosas por principio, no por curiosidad”.

Y lo expresaba, valga el disparo de los años transcurridos, como advertencia para aquellos tiempos y los de ahora, cuando gracias al comandante Hugo Chávez Frías, primero, y luego a Nicolás Maduro Moros, desde la Presidencia los jóvenes han recibido oportunidades y responsabilidades como nunca antes en la historia de la Patria, si exceptuamos a Simón Bolívar y Antonio José de Sucre –entre otros-, quienes emprendieron caminos libertarios en el continente cuando apenas salían de la adolescencia.

Y, con esa mirada más allá de los tiempos que lo mantiene vigente, se refería a una edición de “Sábado Sensacional”, Venevisión –canal al que siempre cuestionó-, efectuado desde la Universidad de Los Andes, “donde decían que Mérida era la ciudad de la juventud y había una cancioncita, de esas canciones babosas que escriben manipulando, tratando de halagar al joven para en esa misma forma mediatizarlo, decían: ´los jóvenes que sueñan con el mañana, trabajan y estudian en un ambiente de paz y libertad’ y el 20% de los muchachos (…) eran los que movían las manos y aplaudían(…). Llenaron la plaza para ser manipulados en la imagen de un programa que es terriblemente evasivo de la realidad y por supuesto, adormecedor”.

¿Puede alguien negar que aquello, dicho hace 37 años y unos meses, no puede aplicarse para interpretar buena parte de la realidad actual?

Hablar de libertad

Ese “carrizo desesperado”, como lo definió Gloria Martín en una hermosa canción –“Soy un carajo desesperado, porque veo a un pueblo que lo engañan y se sigue dejando engañar”, nos dijo en una entrevista en 1981-, atizaba que la libertad “debe pasar más allá de lo individual, donde nos quieren encerrar a nosotros. El hombre que viva nada más en su libertad, es un hombre preso, porque su espiritualidad, su solidaridad, no se ha expandido. Y un hombre que no tenga espiritualidad ni solidaridad con los demás es un  hombre preso, para mi concepción del hombre”.

Continuaba: “Y de eso hay que hablarle a la juventud y retarla, es decir, no se puede dejar nada más que el gobierno hable sobre el futuro del país. Nosotros tenemos el compromiso de hablar con mucho más derecho y de luchar por ese derecho y por ese porvenir. No hablar nada más y festejar a José Félix Ribas y a los estudiantes que fueron con él a pelear, a dar una cuota de sangre por la independencia venezolana. No podemos seguir viviendo del recuerdo de los héroes, tenemos que tratar de limpiar la estatua de Bolívar con dignidad. Limpiar nuestra presencia o el espacio que existe entre nosotros y la estatua de Bolívar. Y más aún: entre lo que pensamos y lo que pensó Bolívar”.

“Ese encuentro con el pensamiento bolivariano es necesario para nosotros ir ideando algo que será siempre joven: el sueño de un profundo combate transformador, en su totalidad, de algo que se está enquistando en Venezuela y que se está quedando”, remarcó. Y uno debe preguntarse: ¿Con 7 años de antelación, no nos estaría anunciando la llamarada del 4 F?.

Ese carajito ahora de 81 años a quien celebramos todos los días, conserva toda la juventud que nos transmitía con su canto telúrico, que iba más allá de empuñar una guitarra y lanzar al vuelo unos versos con los cuales estuvo siempre comprometido, no solo sobre una tarima, sino en otras trincheras del combate por la vida, por la Patria . “No me autodefino como revolucionario, prefiero que mi conducta me defina como tal”, nos dijo.

Anda por ahí, vivo en cada uno de nosotros, quienes debemos recordar lo que nos decía: “La palabra sin los pasos, es una palabra muerta”, tomarlo de la mano para seguir alimentando los combates, porque, Alí, si bien afirmabas que “el canto no gana batallas, pero ayuda a formar los batallones”, la práctica nos ha demostrado que tu canto –y el de muchas y muchos hermanas y hermanos cantoras y cantores- no solamente ha ayudado a formar los batallones, sino que también ha contribuido a ganar innumerables batallas.

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